Ha sido toda una sorpresa. La hermana Mercedes Loring, hermana del famoso padre Jorge Loring: evangelizador nato, que ha dado la vuelta al mundo más de 10 veces y que tiene uno de los libros más vendidos de la historia (Para Salvarte), accedió a ser entrevistada por un servidor. Menudo regalo del cielo.
Nos recibió a Álvaro (amigo que me suele ayudar en las grabaciones de entrevistas) y a mí con una alegría luminosa. Pero su estado de salud me impresionó grandemente. A sus, nada más y nada menos, 98 años recién cumplidos anda sin bastón, oye bastante bien y ve con un halcón peregrino.
De los 8 hermanos, 2 se ordenaron sacerdotes jesuitas, 4 hermanas religiosas y la otra hermana se casó y pudo cuidar de su madre. La historia de su familia es tremenda, mataron a su padre en la época de la II República y la Guerra Civil Española. De verdad que os recomiendo escuchar esta entrevista que se ha vuelto viral. A continuación os dejo con parte del relato de la familia de la Hna. Mercedes Loring, texto que se encuentra en la 2ª Edición de las Semblanzas del Padre Jorge Loring, escrito por Román Martínez del Cerro.
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Terrible asesinato
El 22 de septiembre de 1936, en su casa de Madrid, Jorge Loring Miró, el que luego sería el P. Jorge Loring, con tan solo catorce años de edad, a punto de cumplir los quince, recibe una llamada telefónica: «¿Casa de Don Jorge Loring?». «Sí». «¿Quién eres?». «Soy su hijo». «¿Jorgín?».«Sí». «Mira, te llamo de la fábrica de tu padre. Tu padre ha sufrido un accidente. Si queréis su cuerpo, está aquí en la carretera de Extremadura».
Me contaba el P. Loring que con esta llamada se le vino el mundo encima. Posteriormente, hablando con su hermana Mercedes, esta me informa de que el Gobierno de la República había disminuido los pedidos de aviones a la fábrica. Por dicho motivo estaban pasando una situación económica comprometida. Esta situación llevó a Jorge Loring Martínez a reincorporarse a su puesto de ingeniero de Caminos del Estado. Su nuevo destino fue la Estación de Atocha de Madrid. Allí fue fácilmente localizado y detenido. Se desconoce su paradero.
Durante varios días su esposa y su secretaria buscaron por checas, cárceles y cementerios de Madrid. Por eso, cuando llaman a su casa desde la fábrica, se encontraban allí solo sus hijos, el mayor, Jorge, con solo catorce años. Recibe la llamada Mercedes, de once años, y ella le pasa la llamada a su hermano mayor Jorge.
También me detalla Mercedes que el cadáver se encontraba en el cementerio de Carabanchel, junto a la carretera de Extremadura. Llamaban para que fueran a identificarlo. Cuando se enteran, la secretaria y la madre de esta avisan de que podía tratarse de una trampa para detener a toda la familia. Se ofrecen voluntarias y son ellas dos la que identifican al cadáver. El cuerpo se encuentra irreconocible por el maltrato recibido y solo el calzado que utilizaba dio garantías de ser él realmente la persona asesinada.
A pesar de la labor social, comedores, economatos, etc. y de haber salido absuelto de un Tribunal Popular, el odio y la intolerancia de aquellos anarquistas de septiembre del 1936 habían terminado con la vida de un hombre católico y ejemplar. El odio de clases y el comunismo ruso se estaban imponiendo en la República.
Padre de ocho hijos, con tan solo cuarenta y seis años dejaba una viuda de treinta y seis años en la más absoluta miseria.
El mayor de esos hijos, Jorge, con tan solo catorce años. Pasaron todo tipo de penurias y mucha hambre. Le requisaron cualquier objeto de valor; por ejemplo, alhajas. En una serie de registros posteriores en su casa, los milicianos le decían a la viuda: «Te hemos matado a tu marido; la siguiente serás tú y este –refiriéndose a Jorge, el mayor–. A los otros siete nos lo llevamos a Rusia».
Para evitar ese odio de clases hacia su familia, viuda con treinta y seis años y ocho hijos a su cargo, acoge en su casa a afectados por bombardeos de la guerra. Pero estos «ocupas» terminan tomando como suya casi toda la casa. Les dejan incluso sin cocina. Por cierto, los intrusos, si consiguen comida, en ningún caso comparten con la viuda y sus ocho hijos. Del racionamiento, que era muy escaso, le dan unos polvos que, mezclados con agua, recuerdan a un puré de lentejas. Mercedes, con solo once años, tiene que bajar a la casa de unos amigos para mezclar en caliente esa comida. A su vuelta, para com-partir con la familia, tiene la desgracia de tropezar por la escalera y Hna. Mercedes Loring Miró, Religiosa de la Asunción echarse en la cara y pecho esa pasta hirviendo. Tremendas quemaduras de las que milagrosamente consigue recuperarse.
Para comprender el ambiente religioso de la familia Loring Miró, Montserrat Miró era una mujer de una fe sólida y coherente. Siempre puso a Dios por encima de sus evidentes necesidades. De los ocho hijos, los dos varones fueron sacerdotes jesuitas y cinco de las seis hijas fueron religiosas de la Asunción. Solo la pequeña, Carmina, no ingresó en ninguna Comunidad Religiosa para mantenerse al cuidado de su madre. Se casó y vivía en Córdoba.
Excelente entrevista he visto por YouTube en donde pudimos ver tantas veces al Padre Jorge Loring SJ. Sus conferencias que realizó en EWTN. En su visita por Nicaragua el me casó con mi esposa, algo no muy frecuente pero por inspiración lo realizo. Gracias. Carlos Muñoz
Hola Carlos, un gusto leerte. Gracias por tus palabras. Te invito a suscribirte a mi canal de YouTube: Enriquísimo Tv. Saludos!!!