Dark Mode On / Off

Misiones en México con Juventud Misionera. Queríamos vivir con intensidad la Semana Santa. Nos pusimos a tiro y Dios hizo el resto.

Aquí en México desde 1987, Juventud Misionera nace, de modo espontáneo, como respuesta al llamado de la Nueva Evangelización del Papa Juan Pablo II. A partir de este año se organizan las primeras misiones para jóvenes que visitaban algunas comunidades rurales de México. Pero no fue hasta 1993 cuando surgió la Megamisión que transcurre durante la Semana Santa, desde Domingo de Ramos hasta el Domingo, Pascua de Resurrección. Aquí se apuntan jóvenes y familias. Este 2024 han acudido la friolera de 15.000 misioneros, en su mayoría jóvenes.

Como la familia de Ximena ha tenido y tiene mucha relación con Regnum Christi, terminamos apostando por vivir la Semana Santa haciendo misión con Juventud y Familia Misionera. Ambos deseábamos ir a algún lugar donde necesitasen mucha ayuda. La primera opción, no salió adelante porque llegamos a inscribirnos tarde y el cupo de misioneros estaba lleno. La segunda opción que nos propuso la hermana de Ximena, Lucía, parecía tentadora. Total, que nos pasó el contacto del sacerdote encargado de las celebraciones, el padre Luis Alberto, y de ahí nos contactó con el responsable de misiones de la parroquia de las Trojes en la ciudad de Toluca.

Comienza la aventura. Jueves Santo.

Parroquia de Las Trojes

Allí nos plantamos a las 10 de la mañana el jueves santo bien puntuales en la parroquia de las Trojes. Saludamos a Fernando el responsable, nos quedamos a rezar Laudes en la parroquia y seguidamente nos comentó que debíamos ir a la capilla de Ejido de Mimbres, que allí no había nadie. Algo sorprendidos, nos montamos de nuevo en el coche y nos dirigimos allí, a 10 minutos de distancia.

La primera impresión de aquel lugar fue impactante, porque la susodicha parroquia es una capilla aún por terminar, sobre todo por fuera, por dentro está más que decente. 

La capilla de la comunidad de Ejido de Mimbres
La capilla de la comunidad de Ejido de Mimbres

Al principio no había nadie. Pero se fueron acercando a cuenta gotas algunos niños del pueblo, de los que después resultaron ser chicos y chicas excepcionales. De los que aprendimos mucho en esos tres intensos días.

Llegamos sin saber qué hacer, lo único, rezar con la comunidad Laudes, al igual que hicimos antes en la comunidad de las Trojes. Eso hicimos, y pudimos charlar y presentarnos a los que allí fueron. Nos atendió la mujer encargada de organizar y repartir tareas entre la comunidad y el desencadenante de mucho de lo que allí pasó, Jesús, pero no Jesucristo, sino un chaparrito (pequeñajo). Pero creo que me estoy adelantando un poco, porque antes pudimos cantar y jugar un rato en la placita, en frente de la capilla.

Ximena dándolo todo el primer día con los chiquilines
Ximena dándolo todo el primer día con los chiquilines

Pero mientras todos jugaban, algo raro noté. Alejado del resto de niños, estaba este chico, Jesús, de 13 años. Solito, pensando en a saber qué cosa. Me acerqué, pensando que como misionero tenía que poder abarcar la totalidad de las necesidades que detectásemos, y Ximena ya tenía bien entretenidos a los pequeños como veis en la foto.

Me acerqué a charlar con él. Hablamos de todo, de si Jesús existe o no, del demonio, de mitos y leyendas de la zona… Pudimos conectar un poco, hasta que comenzaron a acercarse más niños, que me preguntaban que de dónde era, que si conocía a Cristiano Ronaldo, que si Messi, que si esto, que si lo otro…

Cuando todo esto terminó, llegó el momento de decidir dónde nos quedaríamos a comer… ah, por cierto, Ximena y yo pensábamos quedarnos a dormir en un hotelito del pueblo para evitar las idas y venidas en el coche a la Ciudad de México. Pero este Jesús, estuvo rápido como el rayo y nos propuso quedarnos a dormir en su casa, que le preguntaría ya mismo a su madre. Tan rápido fue, que se adelantó a la propia responsable de la que hablé antes. Por lo que nos vimos en la difícil decisión de elegir si nos quedábamos en casa del pequeño o de los que habían organizado aquello y tenían ya pensado alojamiento para los misioneros.

Al final nos decidimos por… obvio, por la proposición del niño bala. Este.

Jesús posando bien guapetón listo para celebrar la Vigilia Pascual
Este es Jesús. El desencadenante de todo.

Sin saberlo, habíamos desatado una serie de conflictos que ni imaginábamos. Por privacidad de ambas partes procuraré no contar detalles. Pero solo decir que, había dos personas importantes en el pueblo con pleitos que resolver y en los que mi querida Xime y yo tuvimos que medir improvisando como pudimos. Alucinamos con los problemas que hay por todos lados e incluso los malentendidos que pueden llegar a generarse por una mala comunicación.

Ese jueves comimos como reyes (muy humildes) en una casa acogedora con personas totalmente desconocidas. La charla fue agradable a más no poder. Me fijaba mucho en cómo se desenvolvía Xime preguntando e interesándose por todos los allí presentes. Se nota que ya lleva muchos años yendo de Misiones. 

Todos entrando para la celebración de la Última Cena y el Labatorio de los pies
Todos entrando para la celebración de la Última Cena y el Lavatorio de los pies
Los 12 niños listos para el Lavatorio de pies
Los 12 niños listos para el Lavatorio de pies

Terminada la comida, fuimos a descansar a un lugar apartado en el campo porque después sabíamos que las actividades serían intensas. Jugamos un rato por la tarde con los niños y nos preparamos para la misa de la Última Cena y el lavatorio de pies. Precioso y bien organizado. A la salida de la capilla, nos esperaba Jesús y la organizadora de todo aquello, era ahora o nunca ¿Dónde iríamos a dormir esas noches? Pues a la casa de Jesús.

Bueno, pues lo mismo. Sin entrar en detalles, comprobamos en nuestra estancia allí que hay muchas carencias materiales, pero también afectivas, donde Dios es más necesario que nunca. Porque las heridas son tan grandes que humanamente son incurables. Por eso Ximena y yo, terminamos exhaustos al terminar la Semana Santa misionera. Aunque no me adelanto mucho, para después concluir en base a esto que comento.

Viernes Santo

Jueves completo. Bien. ¡A por el viernes santo! Día importantísimo. Vía Crucis por la mañana caminando por las calles, a pleno sol. Los niños representan cada estación. Se lo curran. Le echan ganas. Queda súper bien y a la pareja de misioneros solo le queda vivir la Pasión del Señor con el resto de la comunidad y ayudar en lo que se pueda. Dejo fotos porque no tienen desperdicio.

Alex, el mejor representante de Jesús que he visto nunca
A la derecha, fue el primer niño que representó a Jesús en el Vía Crucis
El pueblo viviendo el Via Crucis
El pueblo viviendo el Vía Crucis

Felizmente cansados de las más de 2 horas de Vía Crucis, nos invitaron a comer a otra casa, acompañados de 3 chicos que veréis más abajo. Sin pretenderlo, durante la comida, la anfitriona nos cuenta un drama tremendo que le ha sucedido a su hija allí presente. Nos quedamos mudos unos segundos. No le quitamos importancia, sino que afrontamos la situación, sabiendo de algún modo, que Dios nos ha colocado ahí para consolar y llevar algo de paz a aquella familia que tan mal lo estaba pasando. Dimos gracias a Dios por la comida que tan generosamente nos regalaron y fuimos a descansar a nuestros aposentos antes de la celebración de por la tarde. Otro día tremendo, lleno de emociones y realidades que en la mayoría de los casos nos superan, y que a nosotros, dos desconocidos, nos relatan abriéndonos su corazón y vida de par en par. No damos crédito. Dios sin duda nos ha preparado para eso.

Viniendo de comer

Sábado Santo

Los niños ya no quieren que nos vayamos. Están felices. Nos preguntan que si nos quedamos para siempre. No lo he contado antes, pero uno de ellos, también de 13 años, se llama Alex. El que cargaba con tanta devoción la cruz. Pues este gran pequeño, no se separaba de nosotros. Con inquietud al sacerdocio, el padre celebrante aquellos días, le hace seguimiento para poder enviar un padre encargado de dirigir espiritualmente y ver si Dios realmente le pide eso al chico. Me encantó este gesto del padre Luis Alberto, bravo por él.

Vivimos fuertemente la Vigilia Pascual. Al mediodía pudimos ensayar la compleja liturgia para la que nos hemos preparado durante toda la Cuaresma. Jesucristo está en el sepulcro y va a resucitar. El padre insiste en que solo los que estamos allí presentes preparando y ensayando todo, seremos parte activa de la celebración. Nos hace conscientes de la importancia del acontecimiento.

Los tres niños protagonistas bien concentrados escuchando al sacerdote

Ximena se encargó de organizar a un coro familiar que se ofreció a cantar en la Vigilia. Me impresionó, porque pensaba que el coro sería el que llevaba la voz cantante, pero fue mi querida Xime la que vió la necesidad de trabajar con ellos y guiarlos para lograr el mejor resultado. Y así fue. La Vigilia Pascual fue rodada, con algunos aspectos a mejorar, pero es que claro, ¡era la primera vez que organizaban una Semana Santa toda la comunidad! Lo hicieron súper bien. Nos sentimos muy orgullosos y contentos de lo bien que se manejaron.

Al comienzo de la celebración de la Vigilia Pascual
Al comienzo de la celebración de la Vigilia Pascual
¿Faltará algo de agua por bendecir?
Foto final bien alegres por el trabajo cumplido
Mi querida Ximena leyendo en el ambón
El coro que se ofreció a cantar en la Vigilia. Ximena les acompañó

No sé qué más añadir, pero lo que sí sé, es que terminamos tan cansados que ni nos dimos cuenta, hasta que el mismo sábado por la noche condujimos de vuelta a casa y moríamos de sueño. Nos despedimos de todos los que pudimos. Abrazos, besos, agradecimientos, lágrimas también.

Vivir esta experiencia con Ximena, a su lado, ha sido sin duda, de lo mejor que llevo vivido estos 3 meses en México. Darme cuenta de lo maravillosa que es, de lo que resaltan sus cualidades cuando se da a los demás, el tiempo que les dedica escuchándolos, hablando con ellos, riendo, jugando, enseñando, siendo paciente, rezando el Rosario… No tengo palabras para agradecerle a ella y a Dios por tanto.

Nos vamos con muchas lecciones aprendidas y otras muchas otras incorporaciones para el futuro. Nos llevamos en el corazón y en nuestras oraciones a Jesús, Alex, Alicia, Iker, Emma, Jaqueline, Santiago, Virgilio, Luis Alberto, Fernando, Sonia y tantos otros.

Adjunto más fotos para completar la experiencia.

En la representación de la Última Cena preparada por la comunidad

Enriquísimo te recomienda

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.