enriquisimo Si Dios quiere tendréis una reseña de forma regular sobre las películas que consumo semanalmente. El cine es un arte que cada vez me gusta más. Tuvo su culmen en mi vida allá por el 2011, cuando vi por televisión la inspiradora película El Guerrero Pacífico. La cual recomiendo desde ya. Tengo un artículo hablando sobre el cine que me cambio la vida.
Intentaré escribir casi nada más terminar de ver cada películas que es cuando más frescos tengo las emociones.
Enriquísimo Tv
Una película real como la vida misma
En Manchester by the Sea, veo claramente la narración de una historia de lo más cotidiana de unas familias, amigos y sucesos inevitables de la vida. Dentro de un marco dramático, no está inmersa en una ambientación triste y pesimista, que va. Es real como la vida misma.
Paisajes en su mayoría nevados en un pueblo pesquero llamado como el propio film a 40 km de la ciudad de Boston. Osea, que se encuentra en EE.UU. en el estado de Massachussetts.
Es una peli estéticamente luminosa. La fotografía es una gozada. Tiene una predominancia en luces altas que ayuda a nivelar el dramatismo de la cinta. En contra posición a esta ambientación, y del director de fotografía Roger Deakins, os muestro el thriller policíaco Prisioners:
Como veis, la estética representa la angustia y el dolor de esta pedazo de obra maestra del cine. Recomendadísima. Pero volviendo a Manchester by the Sea, el contraste luminoso visual y el drama de la trama le sienta de maravilla.
Casey Affleck interpreta a un hombre sencillo (ganador de un Oscar por este papel). Trabaja haciendo el mantenimiento en varios edificios. Está casado y tiene varios hijos pequeños. Todo se va al traste cuando se le olvida una cosa antes de ir a comprar a la gasolinera de madrugada. Lo digo de esta manera para no desvelarte mucho, ya que este punto tan importante lo cuentan a mitad de la película más o menos. Prefiero que la veas y descubras por qué está tan apático, triste, con ese careto de pared de gotelé.
Caminar, caminar y caminar
Desolado, Lee Chandler tiene que continuar viviendo a pesar de lo sucedido y gracias a su hermano y a su sobrino sale adelante. Como dice el Papa Francisco “Caminar, caminar y caminar” refiriéndose a que no podemos esperar a que se solucionen las cosas sin más, sino que tenemos que seguir adelante, en el dolor, en las dificultades, pero que sigamos caminando, teniendo la confianza puesta en que la Resurrección de Cristo también es la nuestra y que siempre está con nosotros, especialmente en momentos tan duros como los que le pasan Lee.
Y por eso es una película esperanzadora. Que te anima a seguir caminando en la vida, venga lo que venga.
De hecho, a lo largo del film le suceden otros acontecimientos que parece terminan de rizar el rizo a nivel dramático. Todo ello le obliga a tomar decisiones complicadas de las que sí o sí requieren de él para solucionarlas. Lo hace de mala gana, pero lo hace. Tiene apoyo para seguir viviendo a pesar de la tremenda culpa con la que carga. Y de hecho, deberá librarse de esa carga para dejar de arrastrase, literalmente, por la vida, sin ilusión y ningún tipo de perspectiva futura.
Bailando con el dolor
La vida es así. Como dice la canción Bam Bam de Camila Cabello y Ed Sheran. Que apela a seguir bailando con el dolor, las heridas. Porque a pesar de ellas, o gracias a ellas, somos quienes somos. Se va forjando nuestra personalidad especialmente por estas experiencias.
Lee debe aprender a bailar este dolor. Lo hace. Y por eso es una película esperanzadora. Que te anima a seguir caminando en la vida, venga lo que venga. Un gran aprendizaje de una gran película que sabe dejar un poso positivo.
