J.R.R. Tolkien, conocido por sus obras clásicas de fantasía como El hobbit, El Silmarillion y El Señor de los Anillos, fue un hombre profundamente influenciado por su fe católica y por su relación con el sacerdote español Francis Xavier Morgan, quien jugó un papel clave en su vida. Desde una temprana edad, Tolkien vivió bajo la tutela de Morgan, quien no solo fue su tutor legal, sino también una figura paterna y espiritual que le inculcó los valores del catolicismo.
Francis Xavier Morgan: El protector espiritual de Tolkien
Francis Xavier Morgan, nacido como Francisco Javier Morgan Osborne en el Puerto de Santa María en Cádiz, España. Fue un sacerdote católico de origen hispano-británico. Morgan fue alumno del famoso cardenal Newman y dedicó gran parte de su vida al Oratorio de San Felipe Neri en Birmingham. Fue aquí donde se cruzó con el joven Tolkien, quedando a cargo de su educación y formación religiosa tras la muerte de la madre de Tolkien. La influencia de Morgan en la vida de Tolkien fue fundamental, inculcándole una fe profunda y valores que luego serían esenciales en su obra literaria.
Tres grandes influencias en la obra de Tolkien
1. La Primera Guerra Mundial: Como veterano de la Gran Guerra, Tolkien experimentó de primera mano los horrores del conflicto. La destrucción y el sufrimiento que presenció influyeron en la creación de las grandes batallas épicas que se desarrollan en su legendarium, especialmente en El Señor de los Anillos. Estas experiencias bélicas forjaron su perspectiva sobre la lucha entre el bien y el mal, la resistencia frente a la oscuridad y la esperanza en medio de la desesperación.
2. Su formación académica: Filólogo y lingüista de renombre, Tolkien era un apasionado de las lenguas, lo que lo llevó a crear idiomas completos, como el quenya y el sindarin, utilizados por los elfos en sus historias. Para Tolkien, el lenguaje no solo era una herramienta de comunicación, sino una forma de arte. Su profunda comprensión de la estructura lingüística y su amor por la mitología europea se entrelazaron para formar la base de su vasto universo de la Tierra Media.
3. Los valores del catolicismo: Aunque Tolkien afirmaba «detestar la alegoría», la impronta de su fe católica es innegable en El Señor de los Anillos. Él mismo declaró que su obra era «fundamentalmente religiosa y católica», aunque esto se plasmaba de manera implícita en las historias y personajes. Temas como el sacrificio, la redención y la lucha constante contra el mal están profundamente enraizados en su fe. Además, su amistad con C.S. Lewis, otro escritor de fuerte convicción cristiana, refuerza cómo el catolicismo marcó su vida y su obra.
Como curiosidad, Tolkien construyó además su mitología con una intención clara: Que pudiera entrar en la Rusia soviética y en tierras de persecución. Pues bien había conocido por boca del P. Morgan, de origen español, lo sucedido durante la II República española y la posterior Guerra Civil contra los católicos. Sabía lo que podía suponer la victoria del comunismo.
A través de estas tres influencias, Tolkien dio vida a un mundo que, aunque ficticio, está impregnado de las verdades y valores que marcaron su vida.