Hola a todos, hoy quiero compartir con vosotros unos apuntes de un retiro que tuve con Los Hogares de Santa María. Algunas reflexiones basadas en la catequesis del 11 de enero de 2023 del Papa Francisco.
En esta ocasión, profundizamos en nuestra vida diaria y descubrimos cómo podemos encontrar el camino de la santificación personal. Vamos a explorar juntos la importancia de cultivar nuestros valores humanos y desarrollarnos como individuos.
El Venerable Tomás Morales nos decía que: “no podemos ser buenos cristianos si no estamos comprometidos como personas“. A menudo pasamos por alto las pequeñas virtudes que decoran nuestro hogar, esas que, aunque parezcan insignificantes, son como monedas de un valor incalculable que debemos cuidar.
Reflexionamos sobre el concepto erróneo de lo religioso, desafiándonos a no limitarnos a pensar solo en el más allá, sino también en el más acá. La idea es hacer todo en nuestra vida para mayor gloria de Dios, incorporando la sinceridad en nuestras acciones. Sinceridad que implica decir la verdad sin adornos, expresar nuestros pensamientos auténticos sin herir a quienes nos rodean.
La sinceridad
Exploramos la importancia de la sinceridad: sencillez, veracidad. Decir cosas verdaderas, sin adornar. Abarcan nuestros pensamientos. Debo expresar la verdad sin herir. Huir de las exageraciones por interés propio. Huir de la adulación. El silencio también puede ser omisión de la verdad. Cuando uno se encierra en sí mismo se corroe la confianza, la relación familiar. Pero no siempre tengo que decir la verdad.
La discreción
Y ahora afrontamos de lo que trata la discreción. Sensatez para expresar con honradez las cosas. Ayuda a ejercitar la sinceridad bien entendida. El bien del otro debe ser el límite de la sinceridad.
Si vas a hacer un daño innecesario, cállate. No toda verdad debe decirse. Priorizar el bien de la persona. La caridad es el límite a la sinceridad. También es saber callar. Discernir lo que debe decirse en cada caso. Cómo expongo un tema. Proteger la verdad contra el cotilla. Respeta la libertad y privacidad de los demás. Atento pero respetando esto.
No somos dueños de la información. No decir sin consideración todo lo que se sabe.
Si alguien no falta en el hablar, ese es un hombre perfecto.
Apóstol Santiago
Es necesario pensar antes que hablar. Hay que cuidar la buena reputación del prójimo. Tener cabeza para distinguir el trigo de la paja. Cuidado de lo que propagamos, incluso cuando fuera cierta.
A medida que avanzamos en retiro, surge un dilema ético sobre revelar la infidelidad de alguien. Nos enfrentamos a la enseñanza de reprender en privado a quienes nos han hecho daño, evitando ironías hirientes. Y concluimos con la afirmación de que más allá de la Iglesia, más allá del pan, está Él, refiriéndonos a Cristo como el epicentro de todo.
En este artículo, hemos explorado lecciones valiosas para encontrar la santificación en lo cotidiano. Cultivar valores humanos, practicar virtudes pequeñas pero significativas como la sinceridad, la discreción y la caridad, hemos visto que la esencia de estas enseñanzas va más allá de las formalidades, centrándose en la importancia de la persona. ¡A descubrir el tesoro en lo cotidiano!